¿Cuáles son los tipos de neumáticos para tu vehículo?

Si bien son muchos los tipos de neumáticos que existen, la clave a la hora de elegir los ideales para tu automóvil está en sus características. Por esto, desde Salfa NyB, te contamos cómo se clasifican y qué debes tener presente al momento de seleccionarlos.   

Teniendo en cuenta que los neumáticos son el único punto de contacto entre tu vehículo y el asfalto, el que conozcas cuáles son las características específicas (en cuanto a, por ejemplo, resistencia, estabilidad, durabilidad y tracción) de los distintos tipos disponibles en el mercado, es crucial para garantizar el buen funcionamiento de tu automóvil y tu seguridad al volante. Estos se clasifican de la siguiente forma:

Según su estructura

Se refiere al modo empleado para la fabricación del neumático. Dentro de esta categoría se encuentran:

Neumáticos diagonales 

También conocidos como neumáticos convencionales, están fabricados con capas de fibras cruzadas en ángulo (30–40°), lo que brinda mayor rigidez lateral y una conducción cómoda. Por sus características, permiten trasladar cargas pesadas con facilidad.

Actualmente, su uso se ha vuelto poco común en vehículos livianos en Chile, y suele estar reservado a maquinaria agrícola o condiciones específicas. No se recomiendan para conducción a alta velocidad, ya que tienden a sobrecalentarse y desgastarse más rápido que los radiales.

Neumáticos radiales 

Compuestos por un refuerzo de cables de acero en su interior y un recubrimiento de goma en su parte externa, esta clase de neumáticos es más flexible, ligera, duradera y, generalmente, segura, puesto que se calienta menos y tiene mayor área de contacto con el asfalto.

Según el clima

Esta clasificación se divide principalmente en tres tipos:

Neumáticos de verano

Proporcionan un mejor agarre, reducen la resistencia de rodadura, son más eficientes en términos de consumo de combustible y permiten una conducción más suave en entornos cálidos y secos. 

El patrón del perfil de este tipo de neumáticos es más simple: tiene menos surcos para el paso de agua, lo que maximiza su superficie de contacto con la carretera, haciendo que tu vehículo tenga más tracción y frenado durante los meses secos de verano.

Sin embargo, cuando la temperatura es menor a 7 °C, su material se vuelve rígido e incluso quebradizo, por lo que no recomendamos usarlos para conducir en lugares fríos, con nieve o hielo.

Neumáticos de invierno

Brindan un agarre excepcional en carreteras cuya superficie está mojada o cubierta de nieve y hielo. El perfil de esta clase de neumáticos contiene más caucho natural, por lo que no se endurece cuando la temperatura es inferior a 7 °C, sino que permanece flexible para reducir la distancia de frenado. 

Su diseño tiene bloques más profundos, que penetran la nieve y el hielo, proporcionando un mejor agarre. Asimismo, son excelentes apartando el agua del camino, lo que reduce el riesgo de aquaplaning. Al tener una resistencia de rodadura mayor, el consumo de combustible será más alto.

Recomendamos no utilizarlos durante la temporada de verano, debido a que su compuesto es demasiado suave para el asfalto seco y se desgastará rápidamente.

Neumáticos all-season

Combinan ciertos atributos de los neumáticos de verano y los de invierno, brindando una solución «híbrida» con las ventajas de ambos tipos. Ofrecen un rendimiento intermedio, proporcionando mejor adherencia/tracción que los de verano en condiciones invernales, pero, por supuesto, no como los de invierno. Son ideales si conduces esporádicamente en zonas donde el invierno no es muy severo y las nevadas son breves.

Todoterreno

Los neumáticos 4×4, además de poseer un perfil con más espacio que los estándares, cuentan con un bloque de mayor tamaño y surcos más profundos en la banda de rodadura. Están especialmente diseñados para condiciones «off-road», es decir, fuera de la carretera, en agua, nieve, lodo y barro. 

A diferencia de los neumáticos estándar, que presentan un rendimiento bajo en, por ejemplo, superficies embarradas (porque el perfil se llena de barro rápidamente y hace que la rueda gire sin resultados y se hunda), los neumáticos todoterreno tienen un mejor rendimiento y tracción en cualquier tipo de carretera, ya que el área del perfil no se obstruye.

Con tecnología Run Flat

Permiten continuar la marcha tras sufrir un pinchazo o en el caso de que se produzca un descenso repentino de la presión del neumático, hasta que consigas llegar de forma segura a donde necesites.

La funcionalidad de los neumáticos con tecnología run flat viene de sus flancos fuertes y reforzados, los cuales evitan que se deformen por completo al pincharse o perder presión, logrando que puedas conducir algunos kilómetros (entre 50 y 100) a una velocidad máxima de 80 km/h.

Recuerda: siempre que utilices la tecnología de neumáticos correcta para tu automóvil, podrás estar seguro de que tendrá un desempeño óptimo en todo momento.

Frente a la variedad de tipos de neumáticos que existen, algunos de los factores que debes considerar antes de elegir los adecuados para tu vehículo son:

• Presupuesto. Sobre todo, si es ajustado y tienes pensado adquirir unos neumáticos de alta gama.
• Kilometraje.
• Clima y terreno.
• Uso que le das a tu automóvil. Por ejemplo, los neumáticos de baja resistencia a la rodadura se adaptan más a la ciudad, provocan menor emisión de gases y consumen menos combustible. Contrario a los de alto rendimiento, que ofrecen más seguridad al conducir fuera de áreas urbanas y con mayor tránsito.
• Peso de tu vehículo y carga que sueles llevar.
• Velocidad a la que acostumbras conducir.

Al ser un elemento tan importante y tan relacionado con tu seguridad, el que sepas identificar, entre otras cosas, cuáles son los neumáticos adecuados para tu automóvil, si están desgastados y cuándo cambiarlos, es fundamental. También, el realizarles un buen mantenimiento periódico (como parte del programa de mantenimiento preventivo de tu auto), alargará su vida útil.

Por último, si tienes alguna duda sobre tus neumáticos, guíate siempre por los datos de la ficha técnica provista por el fabricante de tu vehículo, en la que se detallan los milímetros, la altura, el diámetro, la estructura y el código de velocidad de los mismos.